El 26 de julio se celebraba el Día Internacional para la Defensa del Ecosistema Manglar. En Ciencia Divertida Galicia, como curiosos que somos, nos hemos interesado por este tipo de ecosistema tan particular.

En primer lugar vamos a definir qué es un manglar y cuáles son sus principales características: se trata de un terreno en que abundan ciertos tipos de plantas y árboles que, con el paso de los años, se han adaptado en áreas inundadas de agua salada. Las especies vegetales y animales que habitan los manglares han aprendido a tolerar, además de la alta concentración de sal, la falta de oxígeno o las mareas.

Los árboles que habitan este tipo de terrenos se conocen como mangles. Esta palabra, derivada de alguna lengua caribeña, significa árbol retorcido. El mangle ha aprendido a sobrevivir en estas zonas gracias a diversas adaptaciones. Una de ellas son las glándulas de sal presentes en las hojas, que permiten eliminar las diminutas cantidades de sal que consiguen penetrar en la planta.

Las raíces de los mangles suelen sobresalir por encima de la superficie acuática. Además de aportar estabilidad a los árboles, las raíces son un filtro para el lodo, sedimentos y arena que permiten agregar terreno a los manglares. Se suele decir que estas áreas son zonas de transición entre el ambiente terrestre y el ambiente acuático. Dada su naturaleza tan especial el manglar está considerado como uno de los ecosistemas más diversos de la Tierra. Son el hogar de múltiples especies de animales y otro tipo de organismos, además de ser el hábitat de muchas aves migratorias que hacen una parada en su viaje.

Los manglares se encuentran en zonas costeras tropicales y subtropicales de todo el planeta, especialmente en áreas del Caribe y Sudamérica. También son muy comunes en el sudeste asiático y en la costa de Oceanía, así como en algunas zonas del litoral africano.

La misión primordial de los manglares, además de ser el hábitat de una amplia variedad de especies de plantas y animales, es proteger la costa en la que se encuentra contra el oleaje de las mareas y la erosión eólica. Además son un importante freno natural del avance del cambio climático, ya que los manglares absorben emisiones de CO2.

Sin embargo, el desarrollo turístico, el cambio climático y la explotación de la acuicultura y agricultura están poniendo en peligro la existencia de este tipo de ecosistemas. En  Ciencia Divertida os animamos a investigar un poco más acerca de esta maravilla de la Naturaleza y a participar activamente en su protección. ¡Hasta la vista!