En los últimos 60 años la tecnología lo ha revolucionado todo y ha cambiado nuestra vida para siempre. Buscando siempre hacer más cómoda la vida del usuario, los dispositivos electrónicos son uno de los elementos que más han evolucionado en estas décadas de progreso tecnológico.
Estar localizables en todo momento gracias a los teléfonos móviles o smartphones era algo que hace años nos parecía no sólo imposible, sino casi irracional. Ahora seguro que no te imaginas salir a la calle sin tu teléfono. Sin lugar a dudas la tecnología ha cambiado por completo la forma que tenemos de comunicarnos y relacionarnos con los demás pero, ¿ha generado cierta dependencia? ¿El uso de este tipo de dispositivos tiene alguna consecuencia negativa en nuestra salud?
Tal vez hayas escuchado el término luz azul. Este concepto se refiere a la luz que emiten los dispositivos con pantallas. Esto es: smartphones, ordenadores o tablets. Son herramientas que empleamos a diario, bien sea para trabajar, hacer deberes o simplemente para nuestro ocio.
¿Cómo de nociva es esta luz?
Un estudio publicado por la revista Nature ha desvelado que las luces azules que emiten este tipo de pantallas pueden provocar una degeneración ocular bastante importante. Afectaría directamente a la mácula, una parte de la retina responsable de que la visión sea nítida. Con los años es normal que los ojos sufran un deterioro macular, pero no es propio de personas jóvenes, como está sucediendo ahora.
Pero no sólo afecta a la visión, sino que la luz azul altera el sueño. Una de las prácticas más habituales entre gran parte de la población es quedarse dormido leyendo contenidos en el móvil o viendo series o películas en una Tablet o portátil. Dejarle a un niño un dispositivo móvil antes de dormir para que se entretenga es una de las peores costumbres que se han adoptado en los últimos años. No sólo por el daño que le provocará en el futuro a su visión, sino porque la mala calidad del sueño infantil está vinculado a la obesidad, a la aparición de diabetes y a dificultad en el aprendizaje.
Por supuesto que los dispositivos móviles son muy útiles y nos ayudan a diario, pero cuando se trata de la salud y el descanso, especialmente de los niños, hay que saber desconectar. Los expertos recomiendan “desenchufarse” de las pantallas al menos una hora antes de acostarnos, para garantizar un descanso adecuado para nuestro cuerpo y nuestras neuronas.
Esperamos que este artículo os haga reflexionar un poco acerca de las costumbres que se han ido adoptando desde la aparición de este tipo de herramientas. ¡Volvemos muy pronto!