Las noches de verano se suelen caracterizar por la dificultad que tenemos para dormir debido al calor sofocante que sufrimos. Otra característica es, sin duda, la presencia de unos pequeños vampiros en miniatura que rondan nuestras casas al caer la noche y que hacen que pasemos días enteros rascándonos compulsivamente. En efecto, estas pequeñas avionetas que escuchamos por las noches revoloteando en nuestros cuartos son los mosquitos.

Las hembras de los mosquitos son las únicas que pican. Han desarrollado unos órganos bucales distintos a los de los machos que les permiten chupar la sangre de los mamíferos, o en algunos casos de aves, reptiles y anfibios. Esta sangre la utilizan para activar el proceso de puesta de huevos, ya que las proteínas que adquieren les aportan una mayor consistencia y calidad que si se alimentaran de jugos y néctares como los machos.

Ahora bien, vamos al tema que nos interesa, ¿por qué pican las picaduras de mosquitos? Muchos pensaréis que es porque estos bichitos nos inyectan un veneno cuando nos pican, pero no es así. Los mosquitos cuentan con una especie de aguijón muy fino llamado probóscide. Mediante éste atraviesan nuestra piel y con una serie de sensores localizan las fuentes de sangre de nuestro cuerpo. A la vez que van chupando nuestra sangre, los mosquitos nos inyectan una sustancia anticoagulante que hace que la sangre siga fluyendo, es decir, que no se coagule y que produce en nuestro sistema inmunológico una situación de duda, puesto que detecta que hay una fuga de sangre pero ésta sigue viajando. Finalmente nuestro sistema inmunológico llega a la conclusión de que estas sustancias son extrañas y libera histamina para combatirlas. La histamina es la que provoca la hinchazón en la zona de la picadura y además causa la irritación de los nervios de esa zona, que genera la famosa picazón.

Los mosquitos son grandes cazadores. Muchos os preguntaréis cómo son capaces de picarnos en la oscuridad si no pueden vernos con sus ojos o por qué a algunas personas le pican más que a otras. Lo creáis o no tienen sus métodos y además tienen sus preferencias. Según algunos estudios, los mosquitos prefieren la sangre de las personas que posean el grupo sanguíneo 0, aunque eso no quita que ante la posibilidad de picar a una persona con el grupo A o B, aprovechen la oportunidad…

Además tienen un sistema de detección muy particular. Los mosquitos son capaces de detectar a una persona a una distancia de hasta 50 metros. Esto es posible porque son capaces de localizar con sus órganos olfativos bancos de dióxido de carbono (CO2) que desprendemos las personas al respirar. Además se sienten atraídos por el calor y por sustancias corporales como el sudor, el ácido láctico o el amoníaco. Estas sustancias se desprenden de manera común cuando hacemos ejercicio. Sabiendo esto, podemos entender que las personas mayores (desprenden más CO2 que las jóvenes), los deportistas y los dormilones, son toda una tentación para estos pequeños insectos.

Pero no os sintáis inseguros, porque existen muchos remedios y métodos de prevención para las picaduras de mosquitos como no usar perfumes dulces, asearse frecuentemente, utilizar repelentes, apagar las luces por la noche o evitar las zonas de agua estancada que harán que las probabilidades de ser asaltado por estos bichitos sea menor. ¿Y si finalmente nos pican? Pues un poquito de hielo para bajar la hinchazón y un antihistamínico corriente.

Si te ha resultado interesante lo que has aprendido o quieres saber más sobre algún animal en concreto no dudéis en decírnoslo y nuestros domadores de fieras y alimañas os enseñarán todo lo que saben. ¡Hasta la próxima amigos!