Junio es el mes del Medio Ambiente. En realidad todos los meses del año deberían serlo, pero este mes es el que acoge el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) y por tanto se relaciona tanto con la sostenibilidad, el reciclaje y el consumo responsable.
Con motivo de este mes desde Ciencia Divertida Galicia queremos destacar la figura de Wangari Maathai, bióloga, activista ecológica y ganadora del premio Nobel de la Paz.

Nacida en 1940 un pequeño pueblo de Ihithe, en el centro de Kenia, la pequeña Wangari tuvo una vida poco corriente para ser una mujer en África en la todavía colonia británica. Se formó en la escuela primaria local y continuó sus estudios en la Misión Católica Mathari de su región, donde estudió 4 años. En este centro educativo aprendió inglés y se convirtió al catolicismo, acontecimientos que marcarían su trayectoria profesional en los años posteriores.
Al terminar sus estudios fue admitida en el único instituto preparatorio católico de mujeres de su país, donde consiguió entrar en el programa de estudios universitarios financiado por la Fundación Joseph P. Kennedy Jr. De este modo se licenció en Biología en 1964 por la Benedictine College de Atchison (Kansas) y estudió la maestría en Biología en la Universidad de Pittsburgh. Fue precisamente en esta ciudad donde tuvo su primer contacto con el activismo medioambiental, cuando un grupo local de ecologistas comenzó una campaña de limpieza del aire de la ciudad.

Regresó a Kenia para comenzar a trabajar como ayudante de investigación en microanatomía del Departamento de Anatomía Veterinaria de la Universidad de Nairobi. En el 67 viajó a Alemania a estudiar un doctorado en la Universidad de Giessen y en la de Múnich.
En 1969 Wangari regresó a la capital keniata para continuar su trabajo como profesora adjunta en la Universidad. Dos años después se convirtió en la primera mujer de África Oriental en conseguir un doctorado.

A partir de este momento Maathai inició su lucha contra los estigmas hacia la mujer, tanto de discriminación social como salarial, además de acercarse cada vez más a los problemas planteados por las comunidades agrícolas. Fue así como comenzó el Movimiento Cinturón Verde en 1977, impulsado por Wangari junto el Consejo Nacional de Mujeres de Kenia. Este proyecto nació en un momento en el que gran cantidad de los problemas del país venían ligados a la falta de agua potable, de leña o de alimentos. El movimiento impulsó el trabajo de la mujer en favor del Medio Ambiente, animando a comunidades femeninas a construir invernaderos por todo el territorio de Kenia, recolectando semillas de bosques cercanos con el objetivo de alentar la reforestación.

Su vida siempre estuvo ligada al activismo ambientalista y democrático, especialmente en un momento gubernamental convulso para Kenia. En 2004 se convirtió en la primera africana en ganar el Premio Nobel de la Paz por su “contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz”. Falleció en 2011 tras una enfermedad, pero su legado permanece: desde que se inició el Movimiento Cinturón Verde se han plantado más de 50 millones de árboles en Kenia.

Os dejamos un extracto de una bonita fábula de un colibrí narrada por Wangari sobre cómo deberíamos enfrentarnos a los ataques medioambientales.