Uno de los rasgos más característicos de los niños es la curiosidad. Sus ganas de descubrir y de explorar aquellos aspectos desconocidos del mundo que los rodea son las que nos encantan en Ciencia Divertida.

Las ciencias tienen una parte teórica determinante para comprender el porqué de las cosas, pero la mejor manera de aprenderlo es con la práctica. Por ello nos encanta plantear nuevos experimentos con materiales que tenemos en casa con los pequeños científicos.

En esta ocasión nos hemos decantado por estudiar los diferentes estados que puede tomar el agua y cómo tiene lugar el paso de uno a otro. Además nos divertiremos levantando cubos de hielo sin tocarlo. ¿Te animas?

Materiales necesarios:
-Un trozo de cuerda. Puede servir lana o un hilo gordo y resistente.
-Un vaso con agua
-Cubitos de hielo
-Sal

¿Cómo lo hacemos?
Coloca el vaso de agua en una superficie plana e introduce dentro un cubito de hielo. Sujeta la cuerda por uno de los extremos y deja que la otra punta toque el cubito. Es posible que sea algo complicado, por lo que te recomendamos humedecer un poco el extremo que va a tocar el hielo para que se adhiera con facilidad.
A continuación echa una pizca de sal sobre el hielo y deja que la ciencia haga su trabajo (es decir, espera unos segundos).
Sujeta el extremo de la cuerda que no está en contacto con el cubito y trata de elevarlo. ¡El cubo de hielo se levanta!

¿Qué ha sucedido?
Al introducir el cubito de hielo dentro del vaso hemos sido testigos de dos procesos físicos: el hielo se empezó a derretir y el agua se empezó a congelar. Al añadir la sal sobre el hielo el equilibrio que existía entre ambos procesos se rompe, y la sal comienza a congelarse rodeando la cuerda. Las moléculas de la sal, al entrar en contacto con el agua, empiezan a disolverse y a unirse a las moléculas del agua. Las partículas de la sal se cristalizan al entrar en contacto con el hielo, provocando así la adherencia de la cuerda al cubito.

Se trata de un experimento muy sencillo que podemos hacer en casa con lo que tenemos a mano. Este es otro ejemplo de que la Ciencia y sus muestras están disponibles en cualquier lugar, listas para deleitar a los más pequeños con trucos simples pero espectaculares.