Uno de los fenómenos naturales más espectaculares que conocemos son los volcanes. Las erupciones que vemos en las imágenes de todos los telediarios, en las que el fuego y las rocas vuelan por los aires, siempre nos causa una sensación de fascinación e incredulidad. A pesar de esto, tenemos que recordar que también es uno de los fenómenos naturales más destructivos, ya que aparte de la lluvia de lava y rocas que desprende una erupción volcánica, y que afectaría al ecosistema más cercano, los volcanes también desprenden una gran cantidad de gases nocivos que explicaremos a continuación. Pero antes de nada, ¿sabéis cómo se forman y por qué erupcionan los volcanes?

Primero entendamos cómo está formado nuestro planeta. La Tierra está formada por una corteza terrestre exterior que ronda los 40 Km de profundidad en la superficie y unos 7 en el mar. Esa corteza está dividida en placas tectónicas, como si fuesen piezas de un puzzle, que forman toda la superficie de la tierra y que se alejan, se acercan y chocan entre ellas. Debajo de esta corteza exterior se encuentra el manto, que cuanto más profundo se encuentra más temperatura tiene. Cuando el manto llega a una temperatura determinada se denomina magma, que no es más, que roca fundida. Sabiendo esto, podemos definir un volcán como un conducto que comunica la parte interior de la Tierra con la corteza exterior.

Las placas tectónicas se mueven entre sí como ya hemos dicho antes. Los volcanes suelen crearse en los límites de esas placas. Pueden darse varias situaciones para que se forme un volcán:

  • Que las placas se separen: Si esto ocurre, se forma un espacio o zona débil entre esas dos placas. Debido a esto, el magma situado en el manto sube por las grietas, puesto que tiene una mayor densidad, y sale a la superficie expulsando todo el material llamado lava.
  • Que las placas choquen: Si pasa esto, una de las placas se montará encima de la otra, haciendo que la que quede por debajo se funda con el manto formando nuevo magma que asciende por las fisuras de la placa debido a su mayor densidad. Este ascenso formará un conducto que comunicará con el exterior y que expulsará la lava.
  • Puntos calientes: En ocasiones se forman pozos de magma en puntos intermedios de las placas que están a una temperatura inusualmente alta. Esto provoca que, en vez de haber manto, se genere magma justo debajo de la corteza terrestre y salga disparada hacia el exterior formando un volcán. Estos volcanes son pasajeros, puesto que una vez se mueva la placa, lo más probable es que el punto caliente desaparezca

Teniendo esto claro que algunos de nuestros lectores estarán deseando saber el porqué de lo más vistoso de un volcán: por qué estallan y sale la lava disparada cuando hay una erupción.

Pues muy fácil. El magma está formado por gran cantidad de gases que, por regla general, suelen tener una densidad menor a la del manto situado por encima. Cuando ese equilibrio se rompe (por las tres razones que anteriormente citamos), los gases se expanden y se forman pequeñas burbujas de gas que empujan el magma hacia arriba. El mismo caso que si agitamos una botella de un refresco gaseoso y abrimos el tapón.

Los gases son la mayor parte del volumen de una erupción volcánica. El vapor de agua constituye más de un 60% del total de gases, aunque también suelen expulsar dióxido de carbono, sulfuro, nitrógeno y helio. Además de los nocivos gases, otro gran peligro es la ceniza expulsada que puede ser irritante para los ojos y que puede afectar en las comunicaciones aéreas e incluso en el clima.

Si quieres saber más acerca de fenómenos naturales increíbles que tenemos en la Tierra no dudes en ponerte en contacto con nosotros y mandaremos a nuestros mejores aventureros para que investiguen a fondo más curiosidades de nuestro planeta. ¡Hasta la próxima!