Si habéis estado atentos a nuestro blog y las redes sociales de Ciencia Divertida Galicia habréis visto que estos días hemos estamos inmersos en el mundo de la noche mágica de Halloween o Samaín, dependiendo de lo que celebréis. Si ya habéis hecho vuestra calabaza terrorífica es el momento de que continuéis probando con nuestros mini-experimentos para una noche inolvidable. ¡Manos a la obra!

¿Qué necesitamos?

-Un frasco alto y ancho

-Sirope de arce

-Agua

-Colorante alimenticio

-Aceite vegetal

-Objetos pequeños, como un clip, una pieza de construcción o un juguete de plástico.

 

1-Vierte cada uno de los líquidos en el frasco. Comenzaremos por el sirope de arce, muy lentamente.

2-Tras él echaremos el agua y a continuación, el colorante alimenticio.

3-Ahora verteremos el aceite vegetal. Es importante que la cantidad de líquido que hayamos echado sea más o menos igual para cada uno de ellos, porque así se apreciará mejor el experimento.

4-¿Qué sucede? En primer lugar vemos que los líquidos no se mezclan, sino que se quedan separados por “capas”. En segundo lugar el juguete de plástico se ha quedado en el primer líquido, es decir, en el aceite. La pieza de construcción se ha quedado flotando en el nivel donde está el agua y el clip se ha ido directamente al fondo del frasco, en donde se encuentra el sirope de arce.

 

¿Cuál es la explicación de este fenómeno? Nuestros científicos chiflados del programa de Física nos aclaran que ha pasado: cada líquido tiene una densidad diferente. La materia forma todo lo que nos rodea. Cuenta con numerosas propiedades y una de ellas es la densidad. Ésta podría definirse como la relación que hay entre masa y volumen de un objeto o cuerpo. Cuanto un líquido es menos denso que otro el primero de ellos flotará sobre el otro, por eso hemos colocado siguiendo un orden determinado nuestros líquidos. El sirope de arce es más denso que el agua, por lo que no flotaría sobre ella. Sin embargo, al verter el agua sobre el sirope el agua siempre flotará, dada que su densidad es menor que la del sirope. ¿Y el aceite? Por su aspecto podría parecer que debería ser más denso que el agua y, por tanto, estar por debajo de ella.

Pero no sucede así: el aceite y el agua, como sabréis, no se mezclan nunca, y siempre quedará por encima el aceite, dado que su densidad es menor que la del agua. Como sucede con los líquidos, los objetos tienen densidades diferentes y no flotan sobre los mismos líquidos. El juguete de plástico tiene una densidad menor, por lo que no pasará la primera capa. La pieza es más densa, por lo que llegará al nivel del agua y se quedará flotando en ella. El clip es el objeto que tiene mayor densidad, por lo que es capaz de atravesar todos los líquidos e irse directamente al fondo. El porqué los objetos flotan se explica en el famoso Principio de Arquímedes, que afirma que “todo cuerpo que se sumerge en un líquido experimenta un empuje de abajo hacia arriba que es igual al volumen del peso del líquido desalojado”. Esta propiedad puede ser compleja de explicar sólo con palabras, pero resulta muy sencilla de entender si vemos con un experimento cómo sucede. Si tenéis alguno con formas de araña, ojos saltones o formas aterradoras…¡el resultado será espeluznante!