Las tormentas son fenómenos meteorológicos que se producen cuando impactan masas de aire frío con masas de aire caliente. Este impacto da lugar a lluvias, relámpagos, rayos, viento, truenos, granizo… Ahora que apuramos los últimos días del verano no pensamos en ellas, pero las tormentas pueden producirse en esta época del año.
Los contrastes térmicos son la principal causa de que se produzcan, favoreciendo que las masas de aire se desplacen de forma ascendente y descendente, siempre con bastante fuerza.
Las tormentas presentan un ciclo de actividad muy característico:
1-Fase inicial de formación
2-Fase de madurez
3-Fase de decrecimiento
Las tormentas dan lugar a fenómenos naturales espectaculares, como son los rayos. Un rayo es una descarga natural de electricidad, consecuencia del choque de masas de aire de temperaturas opuestas. Los rayos van acompañados de luces (o relámpagos) provocadas por la corriente eléctrica de la atmósfera. Dicha corriente, al atravesar la atmósfera, calienta el aire. Este calentamiento, que es instantáneo, provoca un fuerte sonido de la onda de choque, más conocido como trueno.
Aunque puede variar, la duración media de las tormentas es de una o dos horas. Dependiendo de la intensidad de la misma pueden provocar fenómenos extremos como tornados. ¿Qué son los tornados? Se trata de masas de aire que se mueven a gran velocidad, en los que hay una parte inferior de la masa que hace contacto con la Tierra y en la superior se encuentra una nube de grandes dimensiones, dando lugar a una nube con forma de embudo. Se caracterizan por desplazarse a gran velocidad durante varios kilómetros, alcanzando los 180 km/h. Aunque se pueden detectar previamente, no se puede hacer nada para evitarlos, tan sólo ponerse a salvo.
Cuando las tormentas tienen lugar en zonas subtropicales se conocen como tormentas tropicales, que pueden dar lugar a fenómenos como los huracanes. Un huracán es un viento extremadamente fuerte, que puede llegar a girar sobre sí mismo y que llega a alcanzar una velocidad de 220 km/h.
Dependiendo de la zona de la Tierra donde nos encontremos será más probable que encontremos tormentas y fenómenos como los anteriormente descritos. Galicia, por ejemplo, es una zona en la que es frecuente que convivan las altas presiones y las bajas. Por eso es habitual que durante el otoño y el invierno haya tormentas y fuertes vientos.
Si este tema te ha parecido interesante y quieres conocer más acerca de los fenómenos atmosféricos no dudes en contactar con nosotros. ¡Nos vemos pronto!