Granitos, puntos negros, espinillas… Existe una amplia variedad, pero casi siempre existe una palabra común que los engloba a todos: acné. Puede que nuestros lectores más jóvenes todavía no hayan tenido la mala pata de toparse con él, pero a muchos de nuestros científicos adolescentes y pre-adolescentes es posible que ya les esté afectando.
Pero, ¿qué es esto? Y ¿por qué nos sale?
Se trata de un trastorno de la piel cuyo rasgo principal es que aparecen pequeños bultos. Dentro de los tipos de protuberancias que pueden salir estarían los puntos negros, los blancos, las espinillas…
La mayoría de las personas experimentan la aparición de este tipo de trastorno cutáneo en la adolescencia y preadolescencia, debido al importante cambio hormonal que tiene lugar en este periodo.
Para comprenderlo mejor vamos a comenzar por el principio: La piel está cubierta por pequeños y diminutos agujeros, también llamados poros o folículos pilosos. Cada uno de nosotros contamos con unos 2 millones de poros repartidos por todo el cuerpo, por lo que podéis imaginar lo importante que es que son para la piel.
En los poros están las glándulas sebáceas, encargadas de producir sebo. Son imprescindibles para nuestro organismo, ya que se encargan de producir la cantidad adecuada de sebo para evitar, entre otros, que la piel se deshidrate o a protegernos de bacterias y agentes contaminantes.
A partir de los 12 años, normalmente, el cuerpo humano comienza a experimentar diversos cambios hormonales que afectan a la totalidad del organismo. Seguro que muchos y muchas de vosotras los habéis notado o comenzáis ahora a experimentarlos.
Los cambios hormonales a estas edades son totalmente normales y frecuentes, y tienen ciertas consecuencias. Una de ellas es la aparición del acné. Las glándulas sebáceas producen más sebo del normal, lo que provoca que los poros se obstruyan y se formen los granitos tan característicos de esta etapa.
Suelen aparecer en el rostro, cuello, espalda y parte superior del torso. Es decir, ¡en zonas muy visibles de nuestro cuerpo! Por ello es importante que no los toquéis ni tratéis de apretarlos para que salga el sebo. Cuanto mayor sea el nivel de grasa que tenga la superficie de la piel con acné más posibilidades hay de que continúe saliendo.
La genética, la limpieza adecuada y la alimentación juegan un papel imprescindible aquí: Si vuestros padres han tenido granitos en esta etapa de su vida…es probable que vosotros también los tengáis. Afortunadamente existen multitud de productos y rutinas que ayudan a tener la piel controlada a partir de su aparición, así que no os desaniméis. Y si tenéis alguna duda al respecto podéis preguntarnos lo que queráis. Los mejores expertos en Dermatología nos asesorarán en nuestras respuestas.