Reciclar es un hábito muy sano que los más pequeños de la casa deben aprender para crear buenas costumbres que respeten el medio ambiente. Aprender a separar cada material y cómo clasificarlo es tan importante como aprender a ser creativos con ellos y saber reutilizarlos para darles una vida útil más amplia. Por eso, os dejamos 5 proyectos de reutilización de materiales para hacer con los más pequeños de la casa, en los que podeis convertir los deshechos inorgánicos en nuevas herramientas para vuestras casas.

 

La Cometa

Para este proyecto tan solo necesitaremos unas pajitas de plástico como las que utilizamos para beber, una bolsa de plástico, cinta aislante e hilo.

Comenzamos extendiendo nuestra bolsa de plástico en nuestro lugar de trabajo. A continuación uniremos varias pajitas de plástico con cinta aislante para formar el mástil mayor y haremos otro  más pequeño para crear el mástil menor. Cuantas más pajitas unamos, mayor tendrá que ser la bolsa de plástico y mayor será la cometa. Colocamos los mástiles encima de la bolsa en forma de cruz, de tal forma que el más grande esté en sentido vertical y el pequeño en horizontal. Pegamos los extremos de los mástiles con cinta aislante para fijarlos a la bolsa y la recortamos en forma de rombo con la silueta que nos marcan los bordes de los mástiles. Atamos un hilo a un extremo del mástil mayor y otro al otro extremo, los unimos y ya tenemos lista nuestra cometa con materiales usados.

 

Envasador de bolsas

Para este proyecto solo necesitarás una botella de plástico vacía.

Lo que queremos fabricar aquí es un embasador de plástico que impida que entre el aire en las bolsas de patatas fritas, de pasta o de pan de molde que ya hayamos empezado y que, en el caso de quedar abiertas, se puedan estropear. Lo único que tenemos que hacer es, siempre con la ayuda de un adulto, cortar la botella de plástico. ¿A que altura? Pues, comenzando por la parte del tapón, recorreremos toda la parte en donde se ensancha el cuello de la botella y cuando lleguemos a la parte más ancha, ahí es donde debemos cortar. El resultado es un trozo de plástico muy parecido a un embudo. ¡Y no hace falta nada más! Solo tenemos que incrustar la bolsa que deseemos conservar por la parte ancha de la pieza, sacarla por el orificio del tapón todo lo que podamos para retirar el aire de la bolsa, cubrir con la bolsa el orificio del tapón hacia afuera y ponerle el tapón para que el aire no salga.

 

Portabolsas de la compra

Para este proyecto tan solo necesitarás una garrafa de agua de plástico que tenga un asa para llevarla.

Lo que queremos hacer aquí es utilizar el asa de la garrafa de agua como portabolsas para cuando vayamos a la compra. Lo único que tenemos que hacer es sacara la anilla de plástico que está debajo del tapón de la garrafa y que lleva unida una asa para transportarla. Una vez la hayamos sacado, metemos las asas de la bolsa de plástico por la anilla y las colgamos de la asa de plástico. Así cuando carguemos con bolsas de plástico que pesen mucho iremos más comodos tirando solo del asa de la garrafa y la bolsa no nos hará daño en los dedos.

 

Cocina al vapor desde el mismo plato

Para este truco tan solo necesitamos unas cuantas bolas de papel de aluminio.

Lo que buscamos aquí es cocinar al vapor unos alimentos desde el propio plato y sin necesidad de instrumentos de cocina especiales. Lo que haremos es, con la ayuda y la supervisión de un adulto, hervir una olla grande con agua. Cuando el agua esté hirviendo le echaremos las pelotas de papel de aluminio y colocaremos el plato con los alimentos dentro de la olla. Las pelotas de aluminio harán que el plato flote y no se hunda en el agua. Ahora tan solo tenemos que colocar la tapa de la olla y esperar. Este truco también podemos utilizarlo para mantener alimentos calientes o recalentarlos.

 

Alfombrilla para el baño

Para esta manualidad necesitamos una toalla vieja, un montón de corchos de botella y pegamento.

Con la ayuda de un adulto, cortamos la toalla con la medida que deseemos para la alfombrilla. A continuación cortamos los corchos verticalmente (siempre ayudados por un adulto) y los vamos pegando por el lado recto uno tras otro muy pegaditos en la toalla. Los corchos deben ir en filas unos seguidos de otros para que no queden huecos y no resulten molestos al pisarlos. Es un trabajo muy elaborado pero el resultado es muy satisfactorio. Y así de fácil y con materiales ya usados conseguimos una alfombrilla de baño que absorberá el agua y no mojará el suelo.