El departamento de Astronomía de Ciencia Divertida acaba de comunicarnos uno de los descubrimientos más recientes en el ámbito científico: astrónomos de la Universidad de Southampton acaban de detectar la supernova más antigua en el Universo (hasta la fecha)

Como entendemos que no todos nuestros lectores van a saber a qué nos estamos refiriendo nos ha parecido una buena ocasión para explicar qué es una supernova y sus principales características.

Habréis deducido que se trata de un elemento relacionado con los astros, ¿verdad? Así es, se trata de la explosión de una estrella. Pero no penséis que es un pequeño destello en el firmamento: este tipo de explosión es la más grande que haya presenciado el ser humano, en parte porque sólo tarda una media de 15 segundos en producirse. Si tenemos en cuenta que la mayor parte de los procesos que tienen lugar en el Universo tardan millones de años es comprensible que el efecto de una supernova resulte fascinante.

La onda lumínica producida por la explosión es tal que puede llegar a observarse desde la Tierra, y con una duración que va desde varios días a varios meses. El destello de luz, como decimos, es bastante potente, y va decreciendo poco a poco, de manera paulatina, hasta que desaparece por completo.

Pero ¿qué es lo que provoca la explosión de una estrella? Existen diversas situaciones en las que se puede producir este fenómeno: una estrella masiva (aquellas cuya masa es 10 veces mayor que la masa del Sol) que no puede continuar desarrollando las reacciones nucleares que se suelen dar en su núcleo, entra en colapso y explota. Las estrellas enanas blancas (consideradas como una fase por la que pasan la mayor parte de las estrellas, cuando comienzan a perder toda la energía nuclear de su interior) se fusionan con otras estrellas enanas blancas debido a que se encuentran tan cerca que casi comparten la misma fuerza gravitatoria. Esto provoca una explosión termonuclear que dispara en todas direcciones la materia que las formaban.

Cuando la supernova explota se expanden todas las capas exteriores que formaban la estrella. La explosión deja tras de sí una enorme nube de gas y polvo, también llamada nebulosa. Una de las consecuencias más interesantes de las supernovas es que, cuando la explosión se expande y llega a otras nubes cercanas, puede dar lugar a que se formen otras nebulosas solares. Con el paso del tiempo, estas nebulosas pueden provocar la formación de nuevos sistemas estelares, a veces, con planetas incluidos.

Una supernova no es un fenómeno muy habitual. De hecho, si tomamos como referencia nuestra galaxia (la Vía Láctea)con respecto a otras, astrónomos expertos en la materia han determinado que se suelen dar 3 supernovas cada 100 años. Gracias a los avances científicos y al conocimiento actual del Universo, los científicos pueden conocer cómo es el proceso de envejecimiento de las estrellas, y realizar aproximaciones temporales de cuándo se dará la próxima explosión estelar. Parece que por el momento no hay ninguna supernova cercana prevista pero, ¿no os encantaría observar una explosión de estas características? ¡A nosotros sí!