En este artículo os vamos a hablar de una sustancia que para la mayoría resulta molesta y asquerosa y que para unos pocos es una maravilla culinaria o la base para hacer estructuras arquitectónicas. ¿Ya sospecháis a que nos referimos? A los mocos.

Este tema, como podréis adivinar, es de lo más asquerosillo pero, como siempre, de lo más instructivo.

Los mocos son una sustancia gelatinosa de origen biológico que tenemos en las mucosas y aunque nos parezcan inútiles, tienen la importante función de proteger a nuestro organismo de elementos externos.

¿De qué están hechos los mocos? Su componente principal es agua, además de proteínas (como las glicoproteínas, proteoglicanos y mucinas) y anticuerpos, pero también contienen polvo y bacterias que retienen en las fosas nasales e impiden que entren en el organismo. Esto explica por qué no es recomendable comerse los mocos, ya que estarían entrando en el organismo el polvo y las bacterias que han conseguido retener. De hecho, la gente que se come sus propios mocos tiene un trastorno conocido como mucofagia.

Además de proteger nuestro organismo, los mocos desempeñan muchas funciones más, y si aparecen es por algún motivo:

  • Cuando contraemos un virus, como la gripe o el resfriado común, los mocos aparecen para proteger a las membranas nasales de los ataques de estos virus.
  • Si tenemos alguna reacción alérgica, como el polen o el polvo, los mocos se generan para limpiar las fosas nasales de estas sustancias.
  • Cuando hace mucho frío solemos tener más mocos porque se generan para calentar el aire que respiramos y, así, no llegue tan frío a los pulmones.
  • Cuando lloramos solemos tener mocos además de lágrimas porque se activan varios conductos debajo de la piel que hacen que se libere mucosa.
  • Además, ciertos medicamentos, las comidas calientes o el estrés, también contribuyen a la generación de mucosa.

Por otra parte, ya sabréis que los mocos suelen cambiar de textura, color y consistencia, pero ¿sabéis que es lo que estos cambios indican?

  • Si los mocos son líquidos y transparentes suele deberse a alguna alergia y su función es limpiar la nariz.
  • Si son blancos y viscosos se deben a pequeñas infecciones.
  • Si son amarillos y viscosos es señal de que esta infección es algo más fuerte y en los mocos hay restos de los glóbulos blancos que están intentando combatir la infección.
  • Cuando son verdes y más sólidos es porque la infección es todavía mayor.
  • Es menos común, pero a veces pueden ser negros, a causa de una infección por hongos o en las personas que fuman bastante.
  • Si son rojos o rosados es señal de que llevan sangre, lo que normalmente se debe a que se ha roto algún capilar nasal al sonarse fuerte.
  • En caso de que sean de color marrón, seguramente se deba a que hemos estado en algún sitio con polvo o tierra y los mocos estén limpiando las fosas nasales y eliminando estas partículas.

Y para finalizar esta serie de curiosidades acerca de los mocos, no solo tenemos mocos en las fosas nasales, sino también en el esófago, el estómago, los intestinos y la vagina, y todos ellos desempeñan funciones esenciales en nuestro organismo.