El próximo jueves es el Día del Donante de Sangre, celebración que se realiza para concienciar a la sociedad de la necesidad de donar sangre para la atención de personas enfermas o heridas en hospitales. Nuestro cuerpo no puede vivir sin sangre y la sangre no puede fabricarse, así que vamos a desvelar todas las claves de este líquido rojo que recorre las venas, arterias y capilares de todas las personas y animales vertebrados.

Las personas tenemos entre 4-6 litros de sangre recorriendo todo nuestro cuerpo continuamente gracias a nuestro corazón, que la bombea y hace que circule rápidamente. La sangre está formada por cuatro elementos: Los glóbulos rojos, que transportan el oxígeno por todo el cuerpo; los glóbulos blancos, que ayudan a luchar contra las infecciones; las plaquetas, que evitan que la sangre se salga de las venas cuando sufrimos un corte; y el plasma, que transporta nutrientes y proteínas por todo el cuerpo.

Nuestro organismo fabrica todos estos componentes, por eso mismo, cuando sangramos un poco debido a una herida o vamos a donar sangre, no hace falta que recibamos una transfusión, porque el cuerpo se encargará de reponer esa pérdida. Pero, ¿por qué es tan importante la sangre, hasta el punto de decir que no podemos vivir sin ella? Pues digamos que sus funciones son varias y muy importantes. La sangre transporta oxígeno, nutrientes y hormonas por todo el cuerpo para su correcto funcionamiento, además de transportar dióxido de carbono y otros deshechos para que los pulmones, riñones y otros órganos los eliminen. Además, es la responsable de equilibrar ácidos, sales y agua en el interior de las células y de regular la temperatura del cuerpo. Por último la propia sangre se encarga de combatir enfermedades e infecciones y de evitar que no se salga de las venas o las arterias.

Conociendo ya algo más de nuestro líquido de oro, podemos preguntarnos, si la sangre la fabrica nuestro propio cuerpo ¿por qué hace falta donarla? Como bien dijimos al principio, las donaciones de sangre ayudan a salvar vidas y a mejorar la salud de los demás. Las personas que sufren enfermedades como la talasemia, el cáncer o las anemias pueden necesitar transfusiones de sangre debido a que su organismo no es capaz de reponer la sangre necesaria para vivir. También, se suele utilizar para mujeres con complicaciones en el parto, pacientes de intervenciones quirúrjicas complicadas o personas que a causa de accidentes, han perdido una gran cantidad de sangre.

Para las donaciones, necesitamos saber que no vale la sangre de cualquiera para una transfusión debido a que existen cuatro grupos sanguíneos distintos: A, B, AB y O. Cada grupo sanguíneo tiene dos variantes, el positivo y el negativo. El grupo sanguíneo más común es el O+, puesto que lo tiene más del 40% de la población, mientras que el AB- y el B- son los menos comunes, ya que los poseen menos del 1%. Estos dos últimos grupos, son los más necesitados a la hora de donar sangre, pues existe muy poca gente que los posea.

Así que, ahora que ya sabemos lo importante que es la sangre y que más importante aún es donarla siempre que podamos para que otros puedan vivir mejor, os animamos a que, siempre que seáis mayores de 18 años y gocéis de buena salud, donéis sangre, porque no solo donas sangre, también donas vida.

 

Si os ha gustado el artículo de hoy y queréis conocer más sobre todo aquello que forma nuestro cuerpo, no dudéis en comunicárnoslo. ¡Hasta pronto!