El próximo 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Este día trata de concienciar de la relevancia que tiene el agua en nuestra vida y para la supervivencia del planeta. La celebración de este día busca hacer hincapié en la importancia que tiene el agua dulce y la defensa de su gestión.

En Ciencia Divertida hemos querido enseñaros un experimento que el agua sea el protagonista absoluto. Pero ¡ojo! Como cada gota es importante os explicaremos qué uso podréis darle al agua al terminar, para que no se pierda nada de este recurso tan necesario para todos nosotros. ¿Comenzamos?

El agua que no se cae

Materiales necesarios:

-Un frasco de cristal

-Una media-calcetín

-Una goma del pelo

-Una jarrita con agua

-Un bol grande (sobre él haremos nuestro experimento, para que el agua que se vierta no se pierda)

  1. Coloca el frasco sin tapa sobre una superficie lisa. Coloca la media como si estuvieses colocando un calcetín en tu pie. Es necesario que cubra el cuello del frasco, tapando el agujero por completo y dejando la parte de media que lo cubre lo más tirante posible.

2- Fija la media al frasco con la goma del pelo, para que ésta no se mueva.

3-Vierte con cuidado el agua con ayuda de la jarrita. Intenta que llene el frasco hasta la mitad.

4-Una vez tengamos la cantidad de agua que necesitamos coloca el bol en el centro de la superficie donde estés trabajando. Coge el tarro y tapa el agujero cubierto con la media con la palma de tu mano.

5- Sostén el tarro en el aire con el bol debajo. No queremos que se pierda ni una gota, ¿verdad?

6-Con mucho cuidado comienza a voltear el tarro hasta colocarlo boca abajo. Hazlo lo más despacio posible, no hagas movimientos bruscos.

7-Mantente en esa posición durante medio minuto (aproximadamente) y retira tu mano del frasco.

¿Qué sucede? El agua no cae, ¡se mantiene dentro del frasco! ¿Cómo es posible?

Si le das golpecitos a la media que tapa el agujero verás que caen chorros de agua pero, al apartar el dedo vuelve a mantenerse a salvo en el frasco.

La tela de las medias suele ser bastante resistente, aunque a simple vista no lo parezca. Al darle la vuelta al frasco las gotas de agua se quedan pegadas a la tela, de forma que en los pequeños huecos del tejido se crea algo parecido a una tensión superficial. Es la primera capa de agua la que impide que todo el resto del volumen del líquido no pueda pasar.

Una vez que acabéis este experimento tan fácil podéis aprovechar el agua que hemos usado para regar alguna planta o vegetales que tengáis en casa o bien para la limpieza doméstica.

Si se os ocurre algún uso adicional que podamos darle al agua una vez usada no dudéis en dejarnos un comentario. ¡Hasta la vista!