Anteriormente os habíamos contado cómo se hacen las gominolas  y en este artículo vamos a desvelaros otra curiosidad de otro producto de este estilo: los chicles.

El chicle o goma de mascar es un tipo de golosina que le gusta a casi todo el mundo. Tanto en el supermercado, como en la tienda de gominolas o en cualquier kiosko puedes encontrar gran variedad de formatos: los de zigzag, los pequeños individuales, los que vienen en cajas de cartón o de plástico, con gran variedad de sabores e incluso los que dicen tener un efecto blanqueante en los dientes o teñir la lengua de colores. Pero, ¿sabéis realmente de dónde viene este producto?

Aunque os parezca relativamente reciente, se han encontrado restos de goma de mascar de más de 6.000 años, hecha del alquitrán que se extrae de la corteza del abedul. Tanto los aztecas, como los mayas y los griegos mascaban chicle procedente del alquitrán de diferentes árboles. A estos chicles se le atribuían buenas propiedades para la salud dental e incluso consideraban que ayudaban a la concentración.

Pero, aunque para gran cantidad de civilizaciones era común el chicle en la antigüedad, fueron los Estados Unidos quienes lo comercializaron. Este nuevo chicle está hecho de cera de parafina, procedente del petróleo, y que no tardó en dejar de lado al tradicional chicle procedente de los árboles.

A este chicle, hecho a base de petróleo, empezaron a añadirle gran variedad de azúcares, aromatizantes y demás ingredientes para darle sabor. Ésto tuvo mucho éxito entre los consumidores, y no tardó en dar el salto de los Estados Unidos y empezar a comercializarse en todo el mundo.

Ahora ya sabéis de dónde vienen los chicles que nosotros consumimos, ¿los vais a seguir consumiendo de la misma manera u os apetece reducir o cortar este hábito?