Las gominolas o chucherías (chuches, incluso) son uno de los aperitivos más populares entre niños y adultos. Su textura gomosa, su sabor dulce y la multitud de formas que pueden adquirir son algunos de los rasgos que las definen.
Existe mucha controversia alrededor de las gominolas, debido al exceso de azúcar y la falta de valor nutricional. Si observamos los ingredientes que componen una bolsa repleta de osito, por ejemplo, veremos azúcar, zumo de frutas concentrado, jarabe de maíz y gelatina. ¿Te has parado a pensar cómo se prepara este último ingrediente?

La gelatina es un producto preparado a base colágeno sometido a un proceso de hidrólisis. Dicho colágeno proviene del tejido que une los huesos, piel y cartílagos de animales. Este conjunto de restos cárnicos se someten a un largo proceso de ebullición, en el que se esterilizan a más de 140 grados. La mezcla que se obtiene tras este tratamiento se tritura y se deseca hasta que se convierte en un polvillo blanco, al que se le puede añadir color, aroma, sabores….
Pese que el proceso de fabricación pueda resultar un poco desagradable, lo cierto es que la gelatina sin aditivos químicos no supone ningún riesgo para la salud, ya que se trata de una fuente de proteína animal.

Como todos los snacks que provienen de bolsas de colores, es importante tener en cuenta que no son alimentos que se puedan considerar como parte de la dieta diaria de una persona. No debemos culparnos por comer de vez en cuando algunas gominolas, pero siempre combinándolo con unos hábitos alimenticios saludables.
En los talleres de alimentación de Ciencia Divertida trabajamos día a día por transmitir a niños y jóvenes las pautas que deben seguir para llevar una dieta sana y equilibrada, en la que no pasa nada si de vez en cuando caemos en la tentación de uno de estos deliciosos ositos de goma. Lo que es importante es saber qué es lo que comemos y qué ingredientes lo componen. Si los niños, desde pequeños, se acostumbran a identificar los alimentos y conocer su procedencia y los nutrientes que le aportan resultará más sencillo, cuando sean mayores, tomar decisiones sobre su alimentación y la de los suyos. Si quieres conocer algunos de nuestros programas de alimentación contacta con nosotros en galicia@cienciadivertida.es

Podemos estar seguros de una cosa: ¡no volverás a comer igual una gominola!