Coincidiendo con el cambio de estación estamos siendo testigos de fuertes tormentas con consecuencias bastante graves. En las últimas semanas habréis visto cómo diferentes desastres naturales tenían lugar en varios puntos de Norteamérica y el Caribe.  El huracán Harvey, por ejemplo, ha causado daños irreparables a su paso por el estado de Texas (EEUU). En concreto, la ciudad de Houston, una de las más grandes de Norteamérica ha visto cómo el agua cubría la ciudad, rompía presas y se desbordaban embalses. Miles de familias han tenido que ser desalojadas y los pronósticos no son optimistas: la recuperación de los efectos de este huracán llevará bastante tiempo, puede que años.

Nuestros expertos en Meteorología de Ciencia Divertida nos han explicado que, a pesar de que los huracanes y tormentas tropicales no son fenómenos que se puedan evitar, es posible que en este caso las consecuencias hubiesen sido diferentes si la intervención del hombre se hubiese limitado.

Cuando las ciudades se diseñan y van creciendo es frecuente que las construcciones le coman terreno a la Naturaleza para poder expandirse a sus anchas. En la ciudad de Houston, en concreto, llevan tiempo viendo las consecuencias de haber destruido los humedales característicos de su región. Un humedal es un área de tierra que se inunda de forma regular. Puede estar inundado permanente o intermitentemente. Esta zona mantiene su equilibrio gracias a factores climáticos, y supone una importante ayuda cuando hay desbordamientos por culpa de fuertes lluvias, puesto que recogen el agua y la retienen.

Entre finales de los años 80 y comienzos de esta década la zona de Houston ha perdido alrededor del 70% de sus humedales. Se ha construido sobre estas áreas y no se ha tenido en cuenta la necesidad de trasladar los humedales a otras zonas. Las consecuencias de estas decisiones urbanísticas las estamos viendo a diario en las noticias: riadas, desprendimientos de embalses y presas a rebosar.

Al pensar en el cambio climático es frecuente creer que afecta sólo al calentamiento del planeta, pero este tipo de fenómenos es una consecuencia más del deterioro del medio ambiente. Los desastres naturales aumentan, ayudados por las crecidas del nivel de los ríos y la intervención del ser humano, el cual no siempre sigue las leyes medioambientales. El incremento urbanístico, la deforestación y la explotación agrícola afectan al uso de la tierra, favoreciendo que las inundaciones vayan en aumento.

Como ya comentamos en anteriores artículos, el cambio climático ya está teniendo lugar, por lo que debemos hacer todo lo posible para mitigar sus efectos. En Ciencia Divertida proponemos medidas que debemos tomar para frenar su avance: reciclar, evitar en lo posible el uso del coche y emplear más el transporte público, utilizar bombillas de bajo consumo, ahorrar agua… son pequeños gestos que tanto adultos como niños pueden llevar a cabo, transformando nuestro día a día y haciendo de nuestro planeta un lugar mejor.

Si conseguimos cambiar nuestros hábitos de forma individual podremos conseguir poco a poco que desastres como las inundaciones de EEUU sean casos aislados y poco frecuentes.